Esos rizos locos

7.11.05

De ferias y cumpleaños

Fin de semana tranquilo, el sábado por la tarde fuimos a Habitalia, una de esas ferias del hogar donde nunca encuentro nada. Yo que buscaba un dormitorio y/o una mesa del salón con sus respectivas sillas, pero para variar, jamás encuentro uno de esos chollos feriales... Después estuvimos en la feria de al lado "Deporte Total", mucho más interesante: catálogos para ir a esquiar (si es que al final puedo ir este año... siempre conviene tener la información a mano) y alguna que otra cosilla de buceo. Además había instalado un halfpipe donde Tereva y yo estuvimos alucinando con los patines y la bicis. En los cars no montamos porque había mucha gente, que si no.... ¡¡quitate Alonso que hacemos furor!!
Saturday night celebramos el cumple de Bea y del peque que fueron en junio y mayo respectivamente, aunque con boda, vacaciones, operación, etc.... no había habido ocasión y como no hay que perderla, que ya se sabe que luego la pintan calva (nunca he sabido muy bien por qué).

Cenita en casa de Bea con Tony y Sonia, Tereva, Emilio, el nano y Sonia la de baile, entrega de regalos: para Bea una caja de herramientas, un taladro y una lijadora (superfemenino... pero estas son las necesidades de poner una casa, que ella es capaz de hacerse con un supermacho que le cuelgue los cuadros, pero algo tendrá que poner ella de su parte- herramientas, mal pensaos!!); y para Alex un bicho que cuenta cuentos por frases (una cosa un tanto subrealista... Iba Caperucita por el bosque tralaralarita cuando de repente.... Rumpelstinsky..... y encontraron a Rizitos de Oro sobre la cama dormida... y entonces dieron las doce y Cenicienta salió corriendo del baile.... - no creo que de esta nueva generación pueda salir nada bueno con este tipo de influencias, pero el regalo fue a petición de la madre de la criatura) además de un librito (tradicional con hojas y dibujitos) de seres del bosque.
Además yo también recibí el regalo de mi cumple (que fue en febrero- sí, vamos con un poco de retraso, pero ahora hace mucha ilusión recibir un regalo sin que venga a cuento): una plancha antigua que pesa un quintal pero que es preciosisima y un plafón para el pasillo (que no funcionaba y era "modelo abuela", pues venía con la casa).
Domingo en casita: colgando un par de cositas de México y el plafón, leyendo y viendo Embrujadas.