Revenios...

Pues nada, ya estamos aqui de nuevo... uufff!! hay que ver lo que cuesta arrancar un lunes después de un fin de semana movidito, pero estupendo... no hay nada como desconectar.

Salimos de aqui cuando llegó Emilio, pero no teníamos ningún picnic preparado para el viaje y yo ya tenía hambre... así que cuando llegamos a Tarancón (a 80 kms) paramos en el restaurante de Javi (el langostino-, por aquello de que es un cocedero de mariscos) donde estuvimos charlando con él y tomandonos una parrillada de marisco estupenda y que además está más rica cuando no es Navidad, o al menos a mi me lo parece... Esto sí que es empezar bien el fin de semana y sin agobios porque hay que llegar cuanto antes.

Llegamos a Cartagena sobre las 12:30 y estuvimos más o menos una hora poniendonos al día con el padre de Emilio, después marchamos rumbo a La Manga. Así a la mañana siguiente despertamos con el rumor de las olas y al levantar la persiana, un sol estupendo y un mar en calma con la isla al fondo. Un buen desayuno de madalenas de horno de panadería y un buen rato de lectura en la mecedora de la terraza frente al mar ¡¡uuummm!! qué maravilla...

Después bajamos a comer a Cartagena a casa de mi suegro que me preparó un cocido de pelotas previa petición mia, porque las pelotas (albondigones) de allí están buenísimas, es una mezcla de carne picada con carne de blanco (una especie de butifarra buenísima). UUfff!! ya salí de allí como las pelotas... rodando.

Visita a los tíos y quedamos con Fermín, también conocido entre algunos como el "Guest", un chocolatito y luego al cine, a ver "El zorro", que para pasar un buen rato va bien.

Al salir... habrá que cenar!! Dios mio si yo todavía estoy llena!! pero habrá que hacer un esfuerzo, así que a un italiano donde con toda mi envidia no pude tomar de la carne a la piedra que se metieron los mozos entre pecho y espalda, me encanta, pero mis dientes aún no están para tantos trotes.

En el trascurso de la velada, Fermín me regaló un colgante que es un citrino, una gema normalmente amarillenta, aunque la mia es trasparente y muy chula.

Después para casa, que aún había que volver a La Manga.

El domingo nos levantamos tranquilamente, leí otro ratito y recogimos sin prisas, de vuelta a Cartagena donde pasamos a ver a los vecinos y a casa de Emilio, que mi suegro nos había comprado unos bollitos de pasta de hojaldre deliciosos y embutido (blanco, morcón y salchichoncillos) para el caballero. Además esta vez me ha comprado un peluche chiquitín que es una morsa supersimpática, aún tengo que buscarle nombre...

Así da gusto ir a cualquier sitio, todo alegría por vernos, mimos y detalles.

Lo malo fue que cuando pasamos por el Algar para comprar moscatel, la bodega ya había cerrado... así que me temo que tendrá que esperar.

Llegamos a casa para ver Embrujadas, pasar cor casa de mis tios para recoger el periódico y luego ir a ver a mi mami otro ratito, empalmando así con Aída.

Qué gusto de fin de semana, pero que cansadina estoy hoy...