Esos rizos locos

25.12.05

Nochebuena y Navidad con la family

Bueno, pues ya han pasado la Nochebuena y la Navidad. La verdad es que me encanta pasar estas fiestas con la family en el pueblo de mis tíos, Corral de Almaguer (Toledo), a 100 kms de Madrid. Eso también supone algo de locura, pues la compra de regalos para tanta gente supone un desgaste físico, psíquico y económico tremendo. Pero en el momento de abrir los regalos, se ve enormemente recompensado.
Vayamos por orden. El viernes por la noche llegamos de esquiar y el sábado madrugué para deshacer y volver a hacer maleta en la que además había que incluir los regalos convenientemente envueltos.
Este año como caía la Nochebuena en sábado hemos podido para comer allí y disfrutar de una estupenda siesta, lo cual es toda una institución en casa de mis tíos. El momento de despertar en general suelen establecerlo los peques (y ya no tan peques) de los niños de mis primos.
Un poco después empieza el revuelo por la cocina… en la cual no tendremos cabida hasta “el momento canapé” en el que participamos casi todos y es costumbre y probándolos según los vamos preparando, podría decirse que es “un control de calidad exhaustivo” pues debemos probarlos la mayoría, así que a los que están preparando otra cosa hay que suministrarles también para que den su opinión. Este año ha habido dos deliciosas novedades: el cabraccio y un queso de untar del que sólo recuerdo el botecito y su estupendo sabor (tendré que preguntar a mi tía).
Se pone la mesa y ¡a comer! Comienza el maratón. Canapés de diversos patés, queso, salmón con tomate, sobrasada, cabraccio… Siguen los langostinos, las nécoras y las cigalas. Después llega el guarrete y ya de postre, piña y sopa de almendras. En la mesa quedará la bandejita con dulces, mantecados, trufas, yemas y turrones.
Normalmente cuando estamos con el postre suele llamar mi primo (que cena en casa de su mujer) diciendo que Papá Noel ha pasado por allí y ha dejado unos regalos para las niñas de mi prima Mariángeles: Alba (12) y para Belén(9), pues Papá Noel siempre entra por aquella parte del pueblo. La mayoría pensamos que Belén hace un par de años que sabe ya lo de Papá Noel, pero como siempre le ha hecho mucha ilusión, creo prefiere hacerse la tonta para seguir disfrutando del momento. Supongo que este ha sido su último año de paripé, pero ya tenemos a la siguiente generación preparada: los niños de mi primo Javier, Martina (2) y Marcos (1).
Cuando se van las niñas es cuando sacamos los regalos de las bolsas, ponemos las pegatinas con nombres a los que les faltan y los repartimos por toda la habitación. Este es uno de los momentos que más me disfruto. … Somos ya 14 contando a todos los niñ@s y estoy segura de que nos juntamos con más de 100 paquetes en total.
Enseguida vuelven las nenas con sus regalos acompañadas de los superpeques. Cantamos algunos villancicos desafiando la meteorología y de repente se oye el ruido de una puerta al cerrarse de golpe… ¡ha llegado Papá Noel!
Normalmente es imposible entrar todos en el cuarto donde ha dejado los regalos, así que van pasando en cadena mientras se grita para quién es pues entre tanta algarabía no hay quien se entere de nada. Los padres tratan de inmortalizar el momento con cámaras de foto o video… otro regalo que pasa por tus manos,- no, este no es para ti- Es una locura…
El día de Navidad transcurrió con normalidad aunque este año hemos estado todos juntos pues normalmente mi prima & company van a comer a casa de sus suegros, aunque vuelven para echarse la siesta. Pero este año fueron el sábado a comer y por primera vez desde hace mucho tiempo, hemos podido juntarnos todos en la mesa en Navidad. La verdad es que ha estado fenomenal, pero en realidad, su ausencia es tan fugaz que casi no da tiempo a echarles de menos. Lo que este año no nos ha dado tiempo a hacer es ir a ver Belenes. Es una tradición reservada a la tarde del día de Navidad y había que elegir entre eso o coger un estupendo atasco. Así que dado el traqueteo que llevamos de allá para acá, al final decidimos volver pronto a casa. Una pena en cualquier caso, porque además de dar un paseo por el pueblo que ayuda a bajar la comida y ver los belenes que tienen hasta los más pequeños detalles, en el itinerario siempre es uno obsequiado con alguna patata asada en las hogueras o un traguito de zurra (sangría, vamos).
En la foto de arriba a la izquierda, Marcos. En medio a la derecha, Martina junto al volante de Marcos. Un poco más abajo a la izquierda, mi prima MªÁngeles mostrando sus regalos: dos bolsos, un paraguas, un abrigo, gafas de sol, un colgante.... y abajo a la derecha, Alba, con su nuevo libro de partituras y su colgante, escuchando sus nuevos CDs, a su lado mi tío Luis.

2 Comments:

At martes, enero 10, 2006 5:08:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Lo mejor de todo lo de la siesta, eso si que es priceless. Por cierto, que diantre es el cabraccio?

 
At viernes, enero 20, 2006 10:26:00 a. m., Blogger Yadil said...

Creo que en realidad se escribe cabracho. Pero a lo que íbamos, es un pescado también conocido como pez escorpión porque creo que tiene muchas espinas. Se suele utilizar a modo de pastel o puding para untar o para rellenar vol-au-vents (osea tartaletas)y cosas por el estilo. Está de muerte. El otro día lo encontré en el Hipercor y me compré una latita, a ver que tal, porque mi tía lo había comprado en su charcutero a granel.
Otras veces lo he probado en algún restaurante.

 

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